No lo sé, siento que no soy la misma de antes, que una tristeza sombría me invade en este mismo momento. Creo que los días malos también son parte de la vida, ¿verdad?
Porque sino hubiera días malos, no nos darían impulso para disfrutar los días buenos y para eso están hechos, porque cuando las nubes lluviosas se disipan, allí ilumina el arcoíris.
En mi caso, estoy así porque hoy, sábado, es el día mundial de la prematurez, y yo formo parte de ese día y me da muchos sentimientos encontrados.
Mi madre me cuenta sobre las noches en vela, el tiempo que pasó al cuidarme, los cables que me rodeaban, cuando me dio el derrame cerebral.
Realmente agradezco que me hayan cuidado y también agradezco haber sobrevivido, pero, al mismo tiempo, siento bronca porque el derrame cerebral me dejó esta secuela motriz. Sería feliz si no me hubiese dejado ninguna en lo absoluto, pero no estoy segura, porque he encontrado un maravilloso mundo de personas que han transitado lo mismo que yo con fortaleza y entereza.
Haber sido prematuro es saber luchar por tu propia vida desde el comienzo de la misma, es saber, que éstos 5 meses, no te definen y que podés seguir adelante, a pesar de que todo esté en tu contra (o así uno lo cree).
Para todos aquellos luchadores de la vida como yo, en este día especial se juntan nuestros corazones en un sólo latido y estén más que orgullosos de haber pasado esta prueba tan dura y así haber demostrado que, como dice el refrán, lo imposible sólo tarda un poco más.
Comentarios
Publicar un comentario